Decisión de política monetaria: no está en juego la credibilidad
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Hermann González
Si el Consejo del Banco Central opta por subir la tasa en la reunión de esta semana, la decisión no sería del todo sorpresiva ya que en las últimas semanas se ha venido preparando el camino para ello y una parte relevante -aunque no mayoritaria- del mercado espera un alza según la última Encuesta de Expectativas. A pesar que los antecedentes del último mes no apoyan el alza, parece que esta decisión estaría prácticamente tomada, según se desprende de la comunicación reciente que ha emanado del Consejo del Banco Central.
Desde el punto de vista interno, las piezas más relevantes de información dan cuenta de una pérdida adicional de dinamismo de la actividad y de una inflación menor a la esperada. El Imacec de agosto se ubicó significativamente bajo lo esperado y, en el escenario más probable, la economía se encamina a crecer en o bajo 2% este año y en torno a esa cifra en 2016, por debajo del rango de 2,5% a 3,5% proyectado en el IPoM de septiembre. Esto sin duda debería tener efectos de primer orden sobre la conducción de la política monetaria.
Por su parte, la inflación sorprendió a la baja en septiembre por primera vez desde marzo y reflejó, en alguna medida, que la debilidad de la demanda está atenuando el alza de precios de algunos productos relevantes de la canasta del IPC, como es el caso del arriendo y de los automóviles nuevos. En el escenario más probable, la inflación se ubicará bajo 4% en octubre y los registros mensuales de noviembre y diciembre serán acotados en gran medida debido a la reversión de la reciente inflación de alimentos perecibles. Por otra parte, los salarios no crecieron en julio y acumulan un retroceso de 0,5% real en el año.
En síntesis, no se está concretando el riesgo alcista de la inflación de corto plazo delineado en el IPoM de septiembre y la actividad se ubicaría tanto este año como el próximo bajo los rangos dados en ese informe.
En el plano internacional, la economía de EEUU está dando señales de fragilidad y el mercado ha reaccionado a ello postergando hacia el próximo año el inicio del proceso de normalización monetaria. En este contexto, el dólar ha perdido valor y el peso se ha apreciado hasta mínimos de dos meses. Por su parte, el FMI en su reporte bianual revisó a la baja las expectativas de crecimiento mundial para 2015 y 2016.
El momento de reevaluar el escenario completo será el IPoM de diciembre y si las noticias continúan en la dirección de lo que hemos conocido hasta ahora, esperamos que se reconozca que el espacio para alzas de tasas de interés es incluso más acotado de lo que se proyectó en septiembre. Con todo, consideramos que no se pondría en riesgo la credibilidad del Banco Central si no sube la tasa esta semana. La credibilidad es un activo que se ha ganado en el tiempo, que se complementa y potencia con la flexibilidad. Si el escenario macro cambia, como está ocurriendo, es absolutamente razonable, entendible y prudente, que la autoridad modifique su evaluación y con ello las perspectivas para la conducción de la política monetaria en el corto plazo.